Quisiera vaciar el baúl de todas las rabias
que guardo en mi despensa
algunas no son más que papel amarillento
arrugado, irrecuperable por olvidado.
Haberlo, hay rabias eternas
vuelven una y otra vez, llenan siglos amargos
cuando la historia gana peso con cálamo,
no consuela que el cielo esté coronado
por el oro solar
ni que Dios sea el universo aplicando enseñanzas
guerrean unos contra otros,
no consuela que ya fue así
desde Abel y Caín.
Tras mis pupilas expongo deseos de cristal
quisiera vaciar el baúl de todas las rabias
humanidad esparcida como polen
con amargura perfumada.
No puedo vaciar mi baúl de todas las rabias,
son reemplazadas como malditas
acompañadas del gong de la eternidad.